La película Sin Aliento (No Limit, en su título original) ha capturado la atención del público mexicano gracias a su mezcla de drama romántico, deporte extremo y una tragedia que marcó al mundo del buceo. La producción francesa de Netflix, dirigida por David M. Rosenthal, se basa libremente en la vida de la reconocida apneista Audrey Mestre, cuya historia real ha dejado una huella profunda en quienes conocen su legado.
Una trama que combina pasión y peligro
Sin Aliento narra la vida de Roxana Aubrey, interpretada por Camille Rowe, una joven que decide abandonar la universidad en París para dedicarse al buceo en apnea. Su camino la lleva a entrenar con Pascal Gautier (Sofiane Zermani), un experimentado buzo y campeón mundial en esta disciplina. A medida que Roxana progresa como deportista y comienza a destacar en competencias, también se ve envuelta en una intensa relación amorosa con su instructor.
Lo que empieza como una admiración mutua se transforma en una dinámica cada vez más tóxica. Gautier, incapaz de lidiar con el éxito creciente de su alumna, desarrolla celos y comienza a minimizar sus logros. Esta espiral emocional se entrelaza con los retos físicos del buceo libre, llevando a la protagonista a poner en riesgo su vida en busca de aprobación y reconocimiento.
Audrey Mestre: la apneista detrás de la leyenda
Aunque la película toma licencias creativas, está inspirada en la vida real de Audrey Mestre, una atleta francesa nacida en 1974 y considerada una de las figuras más destacadas en el mundo del buceo libre. Desde muy joven mostró un vínculo especial con el mar y comenzó a practicar buceo a los 13 años. Años más tarde, mientras estudiaba Biología Marina en La Paz, México, conoció a Francisco “Pipín” Ferreras, uno de los campeones mundiales de apnea.
Ferreras no solo se convirtió en su mentor, sino también en su esposo. La pareja se mudó a Miami y, juntos, se sumergieron en un mundo de récords y retos extremos bajo el agua. Audrey rompió el récord mundial de buceo libre en dos ocasiones, en 1999 y en 2001, logrando alcanzar los 426.51 pies (casi 130 metros) de profundidad.
Una tragedia bajo el agua
En 2002, Audrey decidió enfrentarse a un nuevo desafío: descender más allá de los 524.93 pies, un récord que le devolvería la cima del buceo femenino. El 19 de octubre de ese año, realizó un intento oficial luego de haber conseguido, días antes, una inmersión no oficial de 561 pies.
Durante el descenso, algo salió mal. El cilindro que debía ayudarla en el ascenso falló, y las corrientes complicaron aún más la situación. Aunque el tiempo máximo de inmersión recomendado era de tres minutos, Audrey permaneció bajo el agua durante nueve. El rescate no llegó a tiempo y, lamentablemente, perdió la vida.
Un legado que sigue presente
La historia de Audrey Mestre no solo conmovió al mundo del deporte extremo, sino que también encendió debates sobre la seguridad en el buceo libre y los límites físicos y emocionales que enfrentan quienes se dedican a este tipo de disciplinas.
Con Sin Aliento, Netflix revive esta historia que mezcla valentía, amor, presión y tragedia, ofreciendo una mirada intensa a una mujer que desafió las profundidades del océano… y de sus propias emociones. Aunque la película toma ciertas libertades narrativas, el eco de la vida de Audrey Mestre resuena con fuerza, recordándonos el alto precio que a veces se paga por perseguir un sueño.